Hola amigos. Hoy quiero comentar algo que siempre me molesta, sobre todo cuando voy en la calle manejando mi vehículo. Es tan penoso y doloroso ver cómo desde los buses, taxis y hasta carros particulares, salen volando cantidad de basura. Los taxistas compran su bolsa con agua, se la toman y luego tiran el plástico a la calle sin pena ni remordimiento. De igual manera desde las ventanillas de los buses salen las bolsas con desechos de comida o bebidas. Los adultos lo hacen sin percatarse que van niños en esas unidades de transmporte y que ellos también van a repetir el actuar de sus padres. Solamente en la ciudad de Managua, Nicaragua producimos más de mil quinientas toneladas de basura diaria, que la Alcaldía apenas recoge en los diferentes barrios de la ciudad. Managua podría ser una bella ciudad con su enorme espejo natural que es su Lago Xolotlán, que es una historia aparte. Recuerdo en mi niñéz, que muy de mañana, en las aceras de las casas era común ver a señoras o señores limpiando sus frontis, quemando o recogiendo la basura. Había más educación.
En la actualidad también es común ver una alfombra de plásticos y todo tipo de desechos, luego de una concentración política o religiosa. Da verguenza cómo quedan las calles. Las autoridades de la comuna no tienen capacidad para hacerle frente a esta amenaza a la salud pública. Lo más triste es la indiferencia de los ciudadanos ante el avance de este gran peligro: La basura.
Creo que en cada hogar y en cada escuela está fallando la educación, la concientización desde los pequeños hasta los adultos. Es triste ver en las mismas universidades cómo los estudiantes botan la basura en las aulas, cafeterías, corredores y en los baños. Me pregunto ¿ es que no tienen padres que les indiquen que la basura tiene un lugar? Cómo tendrán sus casas de sucias.
De que sirve que la Alcaldías del país contemplen el pago de multas a los bota-basura si no aplian la ley. Eduquémos a los pequeños y a los jovenes para que tengamos una ciudad más humana, más limpia.
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En la actualidad también es común ver una alfombra de plásticos y todo tipo de desechos, luego de una concentración política o religiosa. Da verguenza cómo quedan las calles. Las autoridades de la comuna no tienen capacidad para hacerle frente a esta amenaza a la salud pública. Lo más triste es la indiferencia de los ciudadanos ante el avance de este gran peligro: La basura.
Creo que en cada hogar y en cada escuela está fallando la educación, la concientización desde los pequeños hasta los adultos. Es triste ver en las mismas universidades cómo los estudiantes botan la basura en las aulas, cafeterías, corredores y en los baños. Me pregunto ¿ es que no tienen padres que les indiquen que la basura tiene un lugar? Cómo tendrán sus casas de sucias.
De que sirve que la Alcaldías del país contemplen el pago de multas a los bota-basura si no aplian la ley. Eduquémos a los pequeños y a los jovenes para que tengamos una ciudad más humana, más limpia.