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jueves, 12 de agosto de 2010

Nuestro Divino Leproso.


Así se conoce al hombre que desde niño deleitó con su música, a reyes y princesas de las Cortes Europeas con sus bellísmos valses. En Leon, Nicaragua, nació JOSE DE LA CRUZ MENA,un tres de mayo del año 1874 en un hogar humilde, de padre músico y madre, abnegada ama de casa. Al estudiar su vida, encuentro pasajes de su historia que me provocan lágrimas. A José de la Cruz Mena le diagnósticaron Lepra a los 22 años de edad. En pocos años él había logrado ser reconocido y admirado en Nicaragua. Para esa época, la lepra era considerada como una enfermedad mortal. Además a las personas afectadas por ese mal las confinaban en la Isla de Aserraderos, en el Puerto de Corinto, a 200 kilómetros al occidente de Managua. Ya afectado por la enfermedad, Jose de la Cruz logra componer numerosas obras maestra como Marchas, Danzas, Polcas, Mazurcas y sones de Pascua. Era la época influenciada por los valses de Strauss, pero Mena le imprimió a los suyos su romanticismo. La parte de la historia mas impresionante es cuando participa con el vals llamado Ruinas, en lo que se llamó ese tiempo, ¨Juegos Florales¨. Concursos de arte que se celebraba en el Teatro Municipal de la ciudad de León.( 133 kilometros al occidente de Managua). José de la Cruz ya estaba muy enfermo y no le quedó más remedio que sentarse en la acera de enfrente del Teatro, desde donde escuchó la magistral interpretación de su Vals por la orquesta del maestro Carrillo. El público reaccionó frenéticamente al saber quien era el autor de esa maravillosa pieza musical. Con lágrimas en sus ojos, que por la enferdemad casi no tenían vida, el Divino Leproso cubierto con una capa oscura para que nadie lo pudiera reconocer, escuchó el clamor del público que gritaba ¨Mena¨ ¨Mena¨ Viva Mena. Era tanto el amor del público que pidieron a los organizadores que el maestro fuera llevado al teatro y aunque fuese de largo, lo querían felicitar. Luego él se levanto y se retiró a su vieja casita ubicada a orillas del Rio Chiquito de su querida ciudad de León, donde unos pocos años después, la muerte lo rescató del terrible sufrimiento un 22 de septiembre del año 1907.
En el año 2000, el ya desaparecido actor Ricardo Montalván conoció la vida y obra de Mena y quiso llevarla al cine. Pero esta maravillosa idea no la pudo concretar por falta de apoyo en Nicaragua.
Los valses del maestro Mena son de una armonía impresionante. Es una lástima que la generacion actual no conozca de él. Es por eso que he comenzado un trabajo sencillo para que mis estudiantes conozcan a personalidades como el gran José de la Cruz Mena, a través de un programa dramatizado para la radio. Viva José de la Cruz Mena. Que viva el maestro, nuestro divino leproso.

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